DOS RAZAS
Porque se que a Chito le gusta, comparto este texto con todos vosotros.
DOS RAZAS
Yo soy hijo del estado de Arauco, descendiente del gran Caupolicán. Coquimbo, Mapocho, Penco, valles fértiles y hermosos plagados de arcabucos. Razas y espacios cantados por Alonso de Ercilla. Tierras inconquistables y conquistadas.
Recuerdo a mi bisabuela, diminuta, arrugada y con aquellas redondas gafas en el salón de su casa donde nos recibía. Fotos en blanco y negro, sillones de madera negra tapizados de terciopelo rojo. Sus frágiles manos, como sarmientos de vid, se abrían para coger las mías y detrás de los cristales de sus lentes, sus ojos de 100 años escudriñaban a su bisnieto buscando un atisbo de caudillo Araucano. Había nacido en 1873 y en el final del siglo XIX abandonó a sus padres y a sus hermanos para siempre, siguiendo al hombre de su vida, hacía otra vida, otra raza, otros espacios. Murió con acento chileno sin volver nunca a su Chile.
Yo soy hijo de la polis de Vicus. Descendiente del gran marinero Carolo y su capitán González Cachamuiña. Illas Icas, O Morrazo, Valle Miñor, lugares llenos de verde y mar. Historia contada y cantada por Martín Codax o Alvaro Cunqueiro. Cuando iba de pequeño al Carballo da Armada a comer tortilla y saltar entre el fento del monte, me gustaba hablar con la gente que iba a recoger el toxo y las piñas. Ellos ya habían inventado en aquella época la hoy tan cacareada trazabilidad. ¿E logo ti de quen ves sendo? ¿Enton eres fillo da neta do Sr. Cosme? No sé escribir en Gallego, pero también son Balbino, un rapaz de aldea, coma quen dis un ninguen. También escucho ao sapo decindo cro-cro, e as campanas de Bastabales. Agardo o albor dun novo día para ver o Maio de flores cuberto e morro de soedade.
Prados, ríos e arboredas se meten en mis adentros y veo a veces, desde el cielo, pinares que move o vento.
Cuando viajé a Chile y toqué su suelo, ella volvió a mirarme con sus ojitos pequeños detrás de sus gafas redondas, su enjuta mano agarró la mía y una voz delgada, frágil e inexistente me dijo al oído:
¡¡ Ven, Caupolicán, te voy a enseñar tu tierra !!
Tiré mi pasaporte, muy lejos y me mezclé con los aromas calientes.
Rafael Presa Tomé
Rafael Presa Tomé
19 de Noviembre de 2004
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